Los sonidos de la personalidad

Es una expresión que no sólo constituye la base del lenguaje y el instrumento más rápido, claro y preciso para comunicar los pensamientos, sensaciones y sentimientos.

MÉXICO, DF.- También es una tarjeta de visita donde están anotados el sexo, la edad, la procedencia, el nivel de instrucción y el humor de su emisor. La voz humana revela desde el carácter hasta el estado de ánimo, independientemente de lo que el individuo diga, grite o susurre.

Del mismo modo que posee huellas dactilares, cada persona dispone de su propia huella vocal: el fonograma o registro gráfico de las cualidades del habla es único e intransferible: su voz.

Para algunas personas es una herramienta de trabajo y para otras encierra una multitud de mensajes ocultos, pero para todos nosotros la voz es el rasgo más característico de la personalidad: el sonido que produce la vibración de nuestras cuerdas vocales al paso de un flujo de aire y que después se amplifica, resuena y articula en la faringe y las cavidades nasal y bucal.

De la voz de una persona puede deducirse desde su edad y sexo, hasta su procedencia de un determinado país o región de un país, o averiguar si ha cursado estudios superiores, si es autoritaria, dialogante, tímida o audaz, o si está deprimida o eufórica.

Los secretos del lenguaje

El lenguaje, como fonación provista de mensajes comunicativos, es una emisión periódica de sonidos, caracterizados por la intensidad alta o baja, el tono grave o agudo y el timbre, que son los elementos distintivos de una voz determinada. La mayor o menor presión del aire a su paso por la cuerdas vocales da a la voz mayor o menor intensidad, desde el berrido al cuchicheo.

En las vocales, el aire se espira sin obstáculos, aunque se matiza con la forma de la boca, la posición de la lengua y la abertura de las fosas nasales. Las consonantes se originan en los obstáculos situados a la salida del aire espirado.

La voz es una conducta aprendida, basada en el entrenamiento social del “músculo” vocal. Según el investigador de la comunicación Jeffrey Pittman, de la Universidad de Queensland, Australia, “se espera de los hombres y de las mujeres una voz determinada y una forma concreta de emplearla”.

Quizá por esa razón los varones tienden a adoptar una voz grave, porque la voz clara y profunda parece resultar más fiable y sincera que una voz aguda, aunque el tono de voz grave suele asociarse con la autoridad y la jerarquía.

Cuando la voz se enferma

Para la doctora Bonet, la prevención de las patologías y trastornos vocales, entre los que figuran las disfonías, los vicios de la fonación, la laringitis o la ronquera, causada por el abuso o mal uso de la voz o factores como el catarro, no recibe la atención que se merece pese a que resulta esencial.

Según esta especialista, la prevención se fundamenta en el aprendizaje o la técnica vocal, y en las medidas de higiene vocal, pero si uno de estos dos pilares falla, el edificio cae.

Para cuidar la fonación hay que saber lo que la afecta: la voz tolera mal las sustancias irritantes como el alcohol y el tabaco, los ambientes cargados de contaminantes, las variaciones bruscas de la temperatura, y sobre todo el griterío y las voces elevadas.

Según los especialistas la voz agradece una buena hidratación de las mucosas de la faringe y la laringe mediante inhalaciones de vapor de agua y el descanso que le brinda la comunicación no verbal mediante los gestos y la expresión facial.

La voz también se beneficia de la ingestión frecuente de líquidos, de una dieta sana y sin excesos, de un ritmo de sueño adecuado y un estilo de vida que reduzca en lo posible las situaciones de tensión nerviosa y descontrol emocional.