Científicos crean robots que desarrollan su propio lenguaje

Aquí en Gizmología en muchísimas oportunidades les presentados diferentes tipos de avances en lo que a la robótica se refiere que logran pararnos los pelos y dejarnos las mandíbulas por el piso pero esta vez creo que supera al menos la mayoría de las cosas sobre las que yo vengo hablando hace años aquí en el blog.

Vamos al grano que sino estoy hablando sobre la nada. Un grupo de científicos australianos de la Universidad de Queensland liderados por Ruth Schulz logró que dos robots puedan comunicarse inventando su propio lenguaje hablando. Como lo leen. Los robots en cuestión, llamados Lingodroids están construidos sobre una plataforma móvil y están equipados con una cámara, un láser, sonar para realizar el mapeo y de esa manera, además, poder evadir obstáculos. Pero como no podía ser de otra manera también poseen un micrófono y altavoces a través de los cuales podrán comunicarse entre ellos.

Para explicar cómo hicieron para desarrollar y comenzar a trabajar en este proyecto nos lo ejemplificaron para que todos los mortales que no somos supercientíficos podamos entenderlo. Imaginen que se levantan de un día para el otro sin saber hablar ni pudiéndose comunicar con otra persona que, curiosamente, está en la misma situación que ustedes. Lo que se hará probablemente si llegamos a un lugar completamente desconocido es ponerle nombre en nuestra cabeza y comunicárselo a la otra persona con la que no podemos hablar.

Así es como básicamente funcionan estos robots que tienen una base de datos de cargada que es de donde tomarán la información para poder crear palabras de dos sílabas para ponerle nombre a las diferentes cosas.

Bajo este simple concepto después vienen algunas cosas un tanto más complicadas. Por ejemplo los Lingodroids podrán jugar diferentes juegos para poder reforzar la comunicación que se irá estableciendo poco a poco. Uno de estos juegos se basa, por ejemplo, en que uno de los robots digan dónde se encuentran en ese momento u otro un tanto más complicado donde se tendrá que explicar de dónde es que vienen (creando un sentido de dirección además de reforzar el nombre de un lugar en particular).

Y así es como los robots empezaron a comunicarse. Quizás este debería ser considerado como un punto de inflexión. ¿De qué hablo? Nada, cuando venga Terminator del futuro a matar a una tal Sarah Connor que, hasta ahora, parecía indefensa, ya verán.