Conectarse
Últimos temas
Buscar
Sitios de interés
Temoa. Portal de Recursos Educativos Abierto
Terralingua. Unity in biocultural diversity
Biblioteca virtual Miguel de Cervantes
Círculo de lingüística aplicada a la comunicación
Corpus Histórico del Español en México
LINGMEX. Bibliografía Lingüística de México desde 1970
Revista de Lingüística y Lenguas Aplicadas
Summer Institute of Linguistics
Diccionario de partículas discursivas del español
Academia Mexicana de la Lengua
Instituto Lingüístico de Verano en México
Multilinguale. Le esperanto XXI century
SOROSORO. ¡Para que las lenguas del mundo vivan!
Association for Linguistic Typology
Argumentos más vistos
Lengua, puntos cardinales y el paso del tiempo
Página 1 de 1.
Lengua, puntos cardinales y el paso del tiempo
¿Puede la lengua que se habla influir en la manera de pensar? ¿Tienen mentes distintas las personas que hablan lenguas distintas? ¿Funciona de manera distinta la mente de un gallego que la de un chino? A esto se le llama “relatividad lingüística” y es un tema de discusión clásico de lingüistas y antropólogos, y ahora también de neurocientíficos.
A pesar de que esta idea quedó un poco abandonada a mediados del siglo XX (en parte por las propuestas del innatismo o universalismo lingüístico propuesto por investigadores como Eric Lenneberg y Noam Chomsky), en la actualidad está siendo estudiada de nuevo con entusiasmo por psicólogos y neurocientíficos y los resultados indican que, efectivamente, la lengua puede modelar con cierta intensidad los procesos cognitivos.
El tema es realmente interesante y puede ser abordado desde ángulos variados, pero lo que me animó a escribir este breve texto es un caso concreto, descubierto por la psicóloga Lera Boroditsky. Los protagonistas son los Pormpuraaw, una comunidad aborigen que vive en el norte de Australia conocida por la excelente capacidad de sus miembros para orientarse en el espacio; algo así como si llevaran un GPS metal. Cuando dos Pormpuraaw se cruzan la manera habitual de decir “hola” es algo así como “¿A dónde vas?”, y una respuesta normal podría ser “Ya ves, tirando hacia el noreste”. Resulta que esta gente no utiliza en su lengua referencias espaciales relativas como nosotros (“la cuchara está a mi derecha”, “gire a la izquierda”), sino que hablan de la localización de las cosas usando la referencia absoluta de los puntos cardinales: “la cuchara está al noroeste”, o “pásame ese libro que está ahí al sur“. Podéis imaginaros lo complicado que puede llegar a ser una descripción de la situación de los objetos en una habitación. Pero la cosa tiene sus ventajas: como resultado de este absolutismo espacial los Pormpuraaw se orientan muy bien, ya que deben conocer continuamente la localización de los puntos cardinales. Este es un ejemplo de cómo una particularidad lingüística puede derivar en una habilidad en la orientación espacial. Pero lo más interesante viene ahora, ya que todo esto tiene también una curiosa consecuencia en la percepción del tiempo.
Si te colocan encima de la mesa, de manera desordenada, una serie de fotos con la cara de una persona a lo largo de su vida y te piden que las ordenes según la edad, casi con toda seguridad usarás un orden de izquierda a derecha, poniendo la cara más joven a la izquierda y la foto con la imagen más vieja a la derecha… el mismo sentido que usas en la escritura (al menos este es el resultado que obtuvo Boroditsky al hacer la prueba con personas de habla inglesa; y por similar razón los hebreos colocan las fotos de derecha a izquierda, que es como escriben en ese idioma). Y ahora seguro que te estás preguntando… ¿cómo ordenan las fotos los Pormpuraaw? Precisamente la misma cuestión que se le ocurrió investigar a L. Boroditsky. En un primer momento el resultado fue desconcertante. Al pedirle a varios Pormpuraaw que ordenaran una serie de fotos según el paso del tiempo, la profesora Boroditsky quedó impresionada: ¡cada uno ponía la fila de fotos en una dirección y en un sentido distintos! De derecha a izquierda, de arriba abajo, en diagonal, de izquierda a derecha… ¿qué significaba semejante lío?
El aparente desorden en la manera de colocar las fotos cobró sentido cuando se comprobó su orientación respecto a los puntos cardinales: como norma general los Pormpuraaw ordenan la secuencia de imágenes de este a oeste, independientemente de su posición en la mesa. ¡Eureka! Su paso del tiempo está indicado por la línea imaginaria que representa el recorrido que hace el Sol por la esfera celeste todos los días, no en vano indican los momentos del día señalando hacia el cielo.
A pesar de que esta idea quedó un poco abandonada a mediados del siglo XX (en parte por las propuestas del innatismo o universalismo lingüístico propuesto por investigadores como Eric Lenneberg y Noam Chomsky), en la actualidad está siendo estudiada de nuevo con entusiasmo por psicólogos y neurocientíficos y los resultados indican que, efectivamente, la lengua puede modelar con cierta intensidad los procesos cognitivos.
El tema es realmente interesante y puede ser abordado desde ángulos variados, pero lo que me animó a escribir este breve texto es un caso concreto, descubierto por la psicóloga Lera Boroditsky. Los protagonistas son los Pormpuraaw, una comunidad aborigen que vive en el norte de Australia conocida por la excelente capacidad de sus miembros para orientarse en el espacio; algo así como si llevaran un GPS metal. Cuando dos Pormpuraaw se cruzan la manera habitual de decir “hola” es algo así como “¿A dónde vas?”, y una respuesta normal podría ser “Ya ves, tirando hacia el noreste”. Resulta que esta gente no utiliza en su lengua referencias espaciales relativas como nosotros (“la cuchara está a mi derecha”, “gire a la izquierda”), sino que hablan de la localización de las cosas usando la referencia absoluta de los puntos cardinales: “la cuchara está al noroeste”, o “pásame ese libro que está ahí al sur“. Podéis imaginaros lo complicado que puede llegar a ser una descripción de la situación de los objetos en una habitación. Pero la cosa tiene sus ventajas: como resultado de este absolutismo espacial los Pormpuraaw se orientan muy bien, ya que deben conocer continuamente la localización de los puntos cardinales. Este es un ejemplo de cómo una particularidad lingüística puede derivar en una habilidad en la orientación espacial. Pero lo más interesante viene ahora, ya que todo esto tiene también una curiosa consecuencia en la percepción del tiempo.
Si te colocan encima de la mesa, de manera desordenada, una serie de fotos con la cara de una persona a lo largo de su vida y te piden que las ordenes según la edad, casi con toda seguridad usarás un orden de izquierda a derecha, poniendo la cara más joven a la izquierda y la foto con la imagen más vieja a la derecha… el mismo sentido que usas en la escritura (al menos este es el resultado que obtuvo Boroditsky al hacer la prueba con personas de habla inglesa; y por similar razón los hebreos colocan las fotos de derecha a izquierda, que es como escriben en ese idioma). Y ahora seguro que te estás preguntando… ¿cómo ordenan las fotos los Pormpuraaw? Precisamente la misma cuestión que se le ocurrió investigar a L. Boroditsky. En un primer momento el resultado fue desconcertante. Al pedirle a varios Pormpuraaw que ordenaran una serie de fotos según el paso del tiempo, la profesora Boroditsky quedó impresionada: ¡cada uno ponía la fila de fotos en una dirección y en un sentido distintos! De derecha a izquierda, de arriba abajo, en diagonal, de izquierda a derecha… ¿qué significaba semejante lío?
El aparente desorden en la manera de colocar las fotos cobró sentido cuando se comprobó su orientación respecto a los puntos cardinales: como norma general los Pormpuraaw ordenan la secuencia de imágenes de este a oeste, independientemente de su posición en la mesa. ¡Eureka! Su paso del tiempo está indicado por la línea imaginaria que representa el recorrido que hace el Sol por la esfera celeste todos los días, no en vano indican los momentos del día señalando hacia el cielo.
http://amazings.es/2011/09/20/lengua-puntos-cardinales-y-el-paso-del-tiempo/
Isabel
Temas similares
» Una segunda lengua
» La tribu amazónica que no tiene palabras para el tiempo
» La lengua aymara
» Mi lengua es mi nación
» La lengua es caprichosa
» La tribu amazónica que no tiene palabras para el tiempo
» La lengua aymara
» Mi lengua es mi nación
» La lengua es caprichosa
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Sáb 14 Ene 2012 - 0:01 por ANTOAGUAYO
» "Soy el último de los míos", Félicie Dubois
Jue 12 Ene 2012 - 10:01 por Isabel
» Arte y técnica del palíndromo
Sáb 7 Ene 2012 - 10:50 por Isabel
» El territorio de las humanidades
Sáb 7 Ene 2012 - 10:46 por Isabel
» Evolución: lengua y cultura
Sáb 7 Ene 2012 - 10:40 por Isabel
» Al pan, pan y al vino, vino
Sáb 7 Ene 2012 - 10:35 por Isabel
» Necesito ayuda.
Dom 1 Ene 2012 - 10:46 por Diani
» ¡Dejemos de encerrar a los mayas en sus pirámides!
Vie 23 Dic 2011 - 11:09 por Isabel
» Engendro anglo lingüístico
Miér 21 Dic 2011 - 10:43 por Isabel
» MyObserver, una solución basada en tecnología lingüística que convierte el ruido de Internet en oportunidades de negocio
Miér 21 Dic 2011 - 10:40 por Isabel
» El gíglico o el arte de sugerir
Mar 20 Dic 2011 - 11:21 por Isabel
» Cortázar y la Vía Láctea
Mar 20 Dic 2011 - 10:36 por Isabel
» Desmárcate: Aprende un idioma inventado
Mar 20 Dic 2011 - 10:24 por Isabel
» "Los amorosos", Jaime Sabines
Dom 18 Dic 2011 - 10:24 por Isabel
» José Agustín: del lenguaje soez al premio de Lingüística y Literatura
Dom 18 Dic 2011 - 10:19 por Isabel
» Nosotros los proles
Dom 18 Dic 2011 - 10:15 por Isabel
» «Mi padre me habló toda la vida en esperanto»
Dom 18 Dic 2011 - 10:08 por Isabel
» Las explicaciones tras nuestra compleja "torre de Babel"
Dom 18 Dic 2011 - 10:03 por Isabel
» Sobre traducción...
Dom 18 Dic 2011 - 9:57 por Isabel
» La RAE completa con un tomo de fonética la 'Nueva gramática de la lengua española'
Dom 18 Dic 2011 - 9:53 por Isabel